Decoración marinera: todo un mundo de posibilidades

Si llevas dentro una pequeña grumete, esto te interesa

El mar. Inmensa masa de agua. Fuente de inspiración de artistas, de escritores, de poetas. A veces una referencia, incluso, en la arquitectura, así que, ¿cómo no iba a estar presente en el diseño de interiores? A quien le gusta el mar le gusta mucho y lo quiere tener presente a todas horas, también en su casa, por eso a decoración marinera es un ámbito desarrollado que ofrece muchas posibilidades. Una de ellas es, desde luego, los preciosos ojos de buey que retratan los vinilos de Teleadhesivo. En las próximas líneas te contamos las todas las opciones que hay.

Porque no siempre se tiene el ánimo igual. Y una veces lo que apetece es viajar en el tiempo con la imaginación y regresar a la época de los piratas, a los días en los que inmensos navíos con enormes velas surcaban las aguas en busca de nuevos mundos. Esa época en que todo podía pasar porque estaba todo por hacer. Colon quiso ir a la India por otro camino y descubrió América. Las batallas más cruciales para los equilibrios de poder ocurrían a menudo en el mar. Y en ese ambiente se tan peculiar daba lugar a los personajes más peculiares, lobos marinos de fuerte personalidad que han inspirado películas, libros y poemas mundialmente conocidos en todas las generaciones. Y es que no creo que haya nadie que no haya recitado alguna vez aquello de : “Con diez cañones por banda, viento en popa a toda vela, no corta el mar, sino vuela un velero bergantín; bajel pirata que llaman, por su bravura, el Temido, en todo mar conocido del uno al otro confín”.

Pero no todo puede ser surcar las olas en la superficie. Para muchos, son las profundidades marinas el objeto de fascinación, con sus preciosos colores y sus peculiares habitantes. A todos ellos les habría encantado ser el profesor Pierre Aronna y hacer con el Capitán Nemo las Veinte mil leguas de viaje submarino que describe Julio Verne en una de sus novelas más famosas. Vivir esa experiencia a través de las letras es fácil con la ayuda de los libros. Hacerlo en la vida real es un poco más complicado, pero nada impide que en tu casa tengas un recuerdo de esa expedición que te queda pendiente. Un vinilo como el de la imagen de abajo, puede ayudarte.

Y no son las únicas opciones. Para los apasionados de la fauna marina están pensados modelos como este ojo de buey. Si aguantas bien las emociones fuertes te puede saludar un tiburón desde el otro lado de la ventana o si no no te va tanto el riesgo quizás prefieras como vecino un entrañable oso polar. Hay muchas posibilidades en la decoración marinera. Sólo tienes que encontrar la que mejor le vaya a tu hogar. ¡Buena suerte, grumete!