La música es mi vida
Tienes un adolescente en casa y ha pasado de compartir ratos familiares y tardes de zoo con vosotros a encerrarse en su habitación y escuchar música todo el día. No se quita los auriculares y vive pegado al ordenador.
Cuando se lo ha recriminado te dice que su cuarto es su espacio y que “la música es su vida”.
Bien pues debes saber que esto forma parte del proceso, la reivindicación de su intimidad y su pequeña parcela en casa; y sí, debes respetarlo.
Lo de que la música sea su vida, quizá es pronto para saberlo, tal vez mañana sea el mejor productor de música del país o simplemente sea una época: tiene un grupo favorito que no deja de escuchar o acaba de enamorarse y solo quiere escuchar canciones románticas.
Frente a esto tampoco puedes hacer mucho, tal vez tomártelo con humor y hacerle ver que no eres un enemigo sino un compañero de viaje. Para hacerlo tampoco es necesario que le eches una “charla” en la que a los 5 minutos ya no escucha. Regálale este vinilo para su cuarto y con él ya sabrás que lo respetas y entiendes su afición. Sabes que para él es importante y no harás burla ni criticarás.