Madrileño y gato.
Un gato muy madrileño.
Regálale este vinilo a un madrileño. Un gato de pura cepa de Chamberí o del Barrio Salamanca. Un gato curioso y nocturno en una farola. Tal vez sea tu amigo.
Madrileño o “Gato”, ambos términos valen para definir a la persona nacida en Madrid. Cuenta la historia que este apelativo viene de muy lejos. Cuando Muhammad I decidió fortificar la aldea de Magerit, un enclave geográfico muy interesante. Los cristianos atacaban en varias ocasiones, pero hubo que esperar hasta el 1083 (siglo XI), cuando el rey de Castilla Alfonso VI consiguiera conquistar esta población. Se cuenta, que en el fragor de la batalla, uno de los soldados cristianos, de apodo “Gato”, trepó por las murallas para cambiar el estandarte morisco por el de la corona de Castilla.
Existen variantes de esta historia pero siempre haciendo referencia a la capacidad de los cristianos de escalar cual gatos una muralla. Todavía se conservan algunos vestigios de esta construcción árabe, declarada monumento Histórico-Artístico en 1954. Los restos de mayor importancia se hallan en la Cuesta de la Vega, junto a la cripta de la Catedral de la Almudena.
Hace poco escuche otra teoría, menos agradable. Decía que se conocía por gatos a los madrileños desde la Guerra Civil, con el famoso No pasarán, la población moría de hambre y debía comer hasta las ratas.