Personaliza tu ordenador con pegatinas para portátiles
Marca tu propio estilo
Si eres como la mayoría, seguramente tienes un compañero fiel. Está contigo en el trabajo y en muchos de tus ratos de ocio. Te lo llevas de vacaciones, de fin de semana y a las excursiones de más 24 horas porque, bueno, nunca sabes lo que puede pasar. Te guarda las fotos de todos tus viajes, los mensajes a tus amigos, tus recuerdos más importantes. Tu ordenador es más que una parte de tu vida, es una parte de tí misma, así que tienes que cuidarlo, darle personalidad y ponerlo bonito. ¿Cómo? Pues para empezar con las pegatinas para portátiles de Teleadhesivo. Y luego ya vendrá lo demás.
Te sorprendería la cantidad de cosas que puede decir de ti un simple adhesivo. Es posible recordar tus tiempos felices viendo Barrio Sésamo mientras reconoces que tal vez, como le pasa al Monstruo de las Galletas, estos dulces son tu debilidad. O apostar por la comida sana (y por los cuentos de hadas) y pegar a Blancanieves y su manzana en la tapa de tu ordenador. O una versión de esta imagen, que como todo lo que hace Homer, será más graciosa.
La parte de arriba de tu portátil puede llevar un diseño que lo convierta en una cámara, una bicicleta, una impresora o una mesa de mezclas. O quizás prefieras un dibujo que ayude a hacer volar tu imaginación, para escaparte mentalmente a Nueva York, a Barcelona o incluso a una obra de arte.
A lo mejor ya tienes unos añitos, pero no quieres dejar atrás a tus compañeros de la infancia, así que Hello Kitty va contigo y con tu ordenador a donde vayas. O intentas que se te pegue algo del gamour de las estrellas más míticas del Séptimo Arte como Audrey Hepburn o Marilyn Monroe. O lo tuyo es más el deporte, así que iconos como Michael Jordan son la compañía ideal.
Tu portátil guarda fotos, mensajes, recuerdos y, cómo no, música. Si los sonidos forman parte de tus posesiones digitales más preciadas, que se note desde la tapa de tu ordenador. Para dejarlo claro puedes usar un pentagrama, un tocadiscos o un gramófono. Hay un mundo de posibilidades.
Estás con tu ordenador un montón de horas al día: puedes pasar tu tiempo con un terminal soso, parecido al de los demás y sin ninguna personalidad o con un aparato bonito que diga algo de quien lo usa a todas horas. Tú eliges.